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Espada Cad. Carlos V (Plata)
Reproducción de la Espada que llevaban por sus aposentos y otras zonas de sus castillos por su ligereza. Carlos I de España y V de Alemania, nieto de los Reyes Católicos albergó bajo su poder un gran imperio conformado por Castilla, Aragón, Navarra, las Indias, Nápoles, Sicilia y el Sacro Imperio Romano Germanic. Muy antigua y bien conservada con el paso de los años.
- Longitud: 100 cm
- Ancho: 21 cm
- Peso: 2,2 kg
Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico, llamado “el César”, hijo de Juana I de Castilla y Felipe I el Hermoso, y nieto por vía paterna de Maximiliano I de Habsburgo y María de Borgoña y por vía materna de los Reyes Católicos, es elegido emperador del Sacro Imperio Romano Germánico a la muerte de su abuelo Maximiliano, en el año 1519.
Reinó junto con su madre—esta última de forma solamente nominal— en todos los reinos y territorios de España con el nombre de Carlos I de 1516 hasta 1556 uniendo así por primera vez en una misma persona las Coronas de Castilla —el Reino de Navarra y Aragón
Carlos I de España y V de Alemania fue conocido en su época como “EL Emperador” ya que jamás ningún rey consiguió reunir bajo su mando un imperio tan inmenso.
Reúne en su persona los territorios procedentes de la cuádruple herencia de sus abuelos: habsburguesa (Maximiliano I), borgoñona (María de Borgoña), aragonesa (Fernando el Católico) y castellana (Isabel la Católica).
Después de tantas guerras y conflictos, Carlos V entró en una fase de reflexión: sobre sí mismo, sobre la vida y sus vivencias y, además, sobre el estado de Europa.
Carlos V comenzaba a tener conciencia de que Europa se encaminaba a ser gobernada por nuevos príncipes, los cuales, en nombre del mantenimiento de los propios Estados, no intentaban mínimamente alterar el equilibrio político-religioso al interior de cada uno de ellos. Su concepción del Imperio había pasado y se consolidaba España como potencia hegemónica.
Se retiró al Monasterio de Yuste donde permaneció un año y medio en retiro, alejado de las ciudades y de la vida política, y acompañado por la orden de los Jerónimos quienes guiaron espiritualmente al monarca hasta sus últimos días. El 21 de septiembre de 1558 falleció víctima del paludismo. El ataúd de Carlos I se encuentra ubicado en la Cripta Real del Monasterio de El Escorial conocida como el Panteón de los Reyes.
Certificado de Calidad y Origen. Hecho en Toledo.
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